Celia comenzó a preparar almuerzos para las personas de la tercera edad en Las Cruces que veía a diario abandonadas por sus familias. Esto se vio agravado con la llegada de la pandemia y las restricciones sanitarias en 2020.

Esta buena ciudadana comenzó haciendo 40 almuerzos, pero a las pocas semanas superó los 100.
Hoy tiene un espacio en un club deportivo local, en donde preparan alrededor de 150 almuerzos, martes y jueves, los fines de semana reparten desayunos y pan, que también preparan en su amasandería solidaria.
“Muchas veces amanezco sin fuerza, pero solo me basta pensar en decir: Tengo que ir porque no pueden quedar todas esas personas sin comer. Al tiro me motivo y me levanto”,dice Celia Ramírez. “Celia es una camiseteada porque lo que hace, lo hace bien y con amor. Lo hace por la gente que necesita. Eso es lo mejor”, dicen sus colaboradores.

Su esposo, algunos colaboradores incondicionales, son los que acompañan a esta camiseteada en su misión, los que están a su lado, para seguir con esta obra.
Celia asegura que la pandemia puede pasar, pero el hambre y el abandono de los adultos mayores seguirá, así que no puede bajar los brazos.
Para colaborar con el comedor puedes seguirlos en sus redes sociales.
Te invitamos a conocer su historia